Vivero artístico de brote y creación. Lugar de encuentro donde se genera el trabajo de taller para proyectar ideas y pensar en el espacio habitado. Una experiencia de gestión colaborativa. Un laboratorio para encontrarnos, producir y convocar los placeres.
En el 2016, tuvimos siete residencias. Cada semana intensiva de trabajo cerró con una muestra expositiva abierta al público con oferta gastronómica inspirada en la tradición caraqueña. Participaron artistas que tenían una necesidad específica de espacio para desarrollar sus proyectos, cuyo quehacer es prueba de constancia y compromiso. Siguiendo el modelo de esta primera experiencia, el programa se organizará, tentativamente, en dos ciclos anuales de tres o cuatro meses de duración cada uno.
Presentamos los dos primeros ciclos trabajo continuo, un ejercicio que nos ayuda a revisar y afinar la práctica para la gestión de espacios en los que germinen brotes de creación artística.
Participaron Daniel Guerra (Margarita), Leonardo Nieves (Caracas), Rafael Arteaga (Caracas), Isabel Herrera (España), Renzo Rivera (Carabobo), Jennina Guzmán (Miranda) y Prada Colón (Anzoátegui).