Walker Ríos Bello. Miranda, 1982. Realiza estudios de pregrado y postgrado en distintas universidades del país, obteniendo los respectivos grados en el área de las artes plásticas. Enfocado siempre en el estudio de los símbolos religiosos y su contenido semántico, desarrolla propuestas artísticas que le han permitido participar en diversas exposiciones tanto colectivas como individuales, a nivel nacional e internacional. Actualmente se desempeña como artista y docente en el campo de las artes visuales.
Mi propuesta inicia a partir de la cruz como símbolo universal, pasando por varias etapas de descomposición y reconfiguración de sus elementos constitutivos. A partir de ese proceso de deconstrucción de la cruz, se crean esculturas de mármol, granito y distintas maderas, donde la silueta final del proceso es protagonista en el perfil de las piezas.
Bajo ese panorama, se continúa la investigación a partir de distintos relieves en madera donde se van concretando las aproximaciones simbólicas mediante la esquematización de los volúmenes llevados a planos, recreando la idea de un discurso alfabético sobre la vida, muerte y resurrección donde se genere una relación entre la figura y el fondo, representando una tumba vacía o una cruz deforme. En función de ese cambio que va de lo tridimensional a lo bidimensional, comienzan a surgir series y series de dibujos donde la expresión gráfica predomina por sobre el volumen escultórico, dando paso a la creación de nuevos códigos emanados de las ciencias gráficas.
Es así como se acude a la línea para construir figuras y formas abstracto geométricas que denoten la idea de resurrección en un escenario blanco, austero y en alto contraste. A partir de allí nacen un conjunto de dibujos denominados Semiologías Gráficas, donde la seriación y repetición a través de medios manuales o digitales permite la construcción gráfica de líneas, párrafos y bloques de elementos que se asemejen a una especie de escritura o composición caligráfica
Ahora bien, al estudiar el espacio físico que ofrece la Macolla, una de las primeras figuras geométricas que a mi parecer predomina, es la repetición seriada en el piso del hexágono, el cual se enlaza plásticamente y conceptualmente al discurso propuesto. De esta forma el soporte hexagonal, tanto en materiales cerámicos como diversos papeles, es idóneo y busca integrar la propuesta al espacio expositivo, otorgándole importancia no solo a la obra sino a las tres dimensiones que la rodean.
En función de lo descrito, manteniendo el eje temático y la exploración plástica, propongo como proyecto para los espacios de la Macolla, continuar el desarrollo de la experimentación gráfica que llevo hasta los momentos. Partiendo del trabajo con tintas preparadas, cerámicas intervenidas y cartulinas negras y blancas, desarrollando series que oscilen entre los treinta y cuarenta dibujos; los cuales puedan ser instalados con los requerimientos mínimos para su posterior exhibición. Todo ello abierto a la posibilidad de intercambiar ideas, conceptos y técnicas que puedan surgir con otras personas durante la residencia en el espacio.
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