Lo que moviliza mi espíritu creador es conocer nuevos espacios, lo no habitual, entrar a la cotidianidad de otros para luego asimilar y reflexionar. En la residencia artística Macolla Brote Creativo que inicié el primer domingo del mes de septiembre del 2016, fueron días de convivencia que permitieron modelar el proyecto inicial que deseaba explorar en este espacio.
Trabajo la apropiación como recurso pictórico y había tomado como punto de partida la obra de Arturo Michelena como tema central ya que estaría en La Pastora –donde se encuentra el Museo que lleva su nombre y que antiguamente era su taller- y pensé que me podía sintonizar con la ciudad, el espacio y su historia tomando este pintor como referencia contextual para el desarrollo de mi investigación.
Tomé de Michelena leda y el cisne, lo titulé triple interpretación de lo sensual para dejar a un lado el fragmento de una escena mitológica. Retrato del Doctor, El niño enfermo, Autorretrato con gorguera, Retrato de Lastenia Tello de Michelena, Retrato de la patrona, Retrato de Lola Herrera, Retrato de niña con perro, este trabajo fue un conjunto de imágenes que las llamé Selfies epidémicos, estudio para pie de la obra el descendimiento, además de las obras Miranda en la carraca y La vara rota, como parte del estudio que realizaría en una semana de trabajo.
Respecto a “La vara rota” es una de las obras de Arturo Michelena que me parece muy potente, el hecho violento y trágico, a modo de advertencia y suceso. Esta apropiación que desarrollé tomó a Caracas y su ícono -El Ávila- esta pintura la titulé “Matarile” definiendo así esta incertidumbre que nos asalta a toda hora, atmósfera densa, llena de tensiones, ¡aquí el toro te puede llevar por los cachos!
La residencia artística como experiencia fortalece el trabajo, se atiende la manera de explicar, de fundamentar conceptual los aspectos técnicos, considerando la convivencia como parte fundamental del espacio.