La anatomía de Jenn -modelos para armar
Los modelos para armar: Una primera versión de mis anatomías.
Con este proyecto me propuse realizar una serie de imágenes usando el collage como medio expresivo. Parto de la importancia del elemento gráfico en el desarrollo de mi trabajo plástico y el uso de la técnica del collage como proceso previo a la escultura, con la cual a través de formas, imágenes y colores puedo visualizar piezas que luego serán tridimensionales, con mucha libertad desde la intimidad de mis diarios de artista.
El reto fue jugar otra vez y que toda la muestra estuviera elaborada en papel. Entonces, con estos modelos para armar asumí toda esa libertad que me brinda el collage como lenguaje plástico para generar una serie de trabajos -en principio lúdicos o desplegables- con los que sigo aproximándome a la idea de lo escultórico a través del Pop up y figuras recortadas, que tienen su enfoque en mi recurrente interés en elementos anatómicos como los huesos, el tatuaje neotradicional, la palabra escrita y la construcción de personajes, así como también la nostalgia por juego infantil.

Jennina Guzmán
Construyo simbólicamente el proyecto a través de imágenes extraídas en su mayoría de libros de anatomía, como evocación del espacio interior. Utilizo lo visceral como metáfora, término que abordo desde sus dos acepciones: la primera en relación a nuestras vísceras, lo que físicamente tenemos por dentro, lo que se corroe con el paso del tiempo, y la segunda, referida a las emociones que buscan expresarse, muchas veces de manera muy intensa, como dicen: desde las tripas.
De esta forma comencé un archivo de recortes separados en categorías como un pequeño atlas personal, con el cual organizo los elementos que luego voy escogiendo detalladamente y utilizo para realizar cada pieza, y es así, como si armara un rompecabezas que cada pequeño recorte consigue su lugar dándole vida a una criatura como suelo llamarles. A través de este método no solo selecciono, separo y almaceno las imágenes por su significado y tipo, sino también por sus colores y texturas que le dan fuerza al trabajo final, convirtiéndose en los elementos semánticos y estéticos que estructuran mi discurso visual, siempre buscando paletas de color brillante y toques retro como camafeos, una suerte de reminiscencia al pasado.
A través de mis anatomías reflexiono un poco sobre la vida en relación a la belleza interior en contraposición a nuestra corporeidad, nuestra materia física que finalmente se descompone dejando al descubierto los huesos, como los llama Pinkola Estes en su cuento La Loba, “la fuerza indestructible de la vida”. También expreso mi interés en lo femenino, y la dualidad entre la infancia y la adultez, rescatando elementos que surgen de la memoria de los cuentos de niños, desplegables y muñecas, ídolos de infantiles, mundos mágicos y amigos imaginarios, una nostalgia supongo, propia de mi generación, que se afianza en un tiempo en donde los niños sustituyen sus juegos por tabletas digitales.